Relatos de Jjojismos

· La última bolchevique (concluido), una mujer regresa del exilio y se encuentra con un país devastado por la guerra. Perseguida, deberá aliarse con los compañeros que la traicionaron para luchar por su supervivencia.
· Una nueva historia (en proceso), 1913, han asesinado al hijo de un importante empresario, el detective Jhan, un troglo, no cree que el sospechoso detenido, un trabajador de oficinas mamón, sea el verdadero asesino.
· Jaime (en proceso), la secuela de La última bolchevique. Bella, colaboradora de los nuevos bolcheviques se lanza a la búsqueda del a la par odiado y amado Jaime para evitar una nueva guerra.
· La muerte de Ishtar (en proceso), nos situamos a finales del siglo IV, principios del V. La nueva religión cristiana se abre paso frente a las antiguas creencias paganas. Dos mundos chocan y luchan entre intrigas, persecuciones y aventuras.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Capítulo 6, el asesino 7.

¿Y ahora qué? 


Volvimos a la barra, siempre bajo la atenta mirada de los matones de Renó, y el camarero nos puso otros dos cubatas. Pablo -que seguía sin ser capaz de mirarme a los ojos- procedía a beber cuando le detuve con el brazo. 

- Esto no es seguro Pablo, deberíamos irnos. 
- ¿Qué importa eso ahora...? - Estaba abatido, lloroso... 
- Pablo, por favor... 
- ¡No me llames Pablo! ¡Pablo no existe! Soy Laso. 
- Laso, Pablo... ¡Qué importa! Tenemos que irnos. 

Pero Pablo no reaccionaba. Estaba inmerso en su autocompasión. Se ahogaba en sus propios monstruos, en sus propias pesadillas interiores. El alcohol y el cansancio… tampoco ayudaban. 

- ¡Pablo escúchame! No me fio de Renó. Mencionó una recompensa. Nuestra cabeza tiene precio y en estos momentos, seguro que vienen a por nosotros. ¡Tenemos que largarnos de aquí cuanto antes! 

No sabía muy bien qué hacer. Allí seguían aquellos matones vigilándonos. ¡Pero teníamos que irnos allí! Agarré a Pablo y tiré de él hacia mí, con la intención de espabilarlo, de hacerle reaccionar, pero entonces, un montón de adolescentes se abalanzaron sobre la barra del bar empujándonos y apartándonos de allí, lejos de los matones de Renó. 

*** 

Helena se sobresaltó. Continuaba vigilando junto a la furgoneta, en frente de la entrada principal de “Infierno”. Estaba nerviosa porque creía que Pablo y yo tardábamos mucho en salir. Cada minuto que pasaba estaba más convencida de que dentro había pasado algo. Y entonces escuchó las ruedas frenando de un vehículo grande y potente, probablemente un todoterreno o algún vehiculo similar. Efectivamente, se trataba de un todoterreno muy grande que, tras aparecer a gran velocidad, bruscamente se paraba ey n frente de la discoteca. 

Helena en seguida sospechó. Llamó a Víctor para que se despertara de su siesta, mientras escuchaba como las puertas del todoterreno se abrían y al menos seis personas robustas y con botas militares se bajaban. Víctor abrió lentamente los ojos, pero lo que vio pronto lo desperezó: los paramilitares dispersaban a empujones y guantazos la cola de adolescentes a la puerta de “Infierno” y, escoltando a Número 2, pasaban al interior.

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