Relatos de Jjojismos

· La última bolchevique (concluido), una mujer regresa del exilio y se encuentra con un país devastado por la guerra. Perseguida, deberá aliarse con los compañeros que la traicionaron para luchar por su supervivencia.
· Una nueva historia (en proceso), 1913, han asesinado al hijo de un importante empresario, el detective Jhan, un troglo, no cree que el sospechoso detenido, un trabajador de oficinas mamón, sea el verdadero asesino.
· Jaime (en proceso), la secuela de La última bolchevique. Bella, colaboradora de los nuevos bolcheviques se lanza a la búsqueda del a la par odiado y amado Jaime para evitar una nueva guerra.
· La muerte de Ishtar (en proceso), nos situamos a finales del siglo IV, principios del V. La nueva religión cristiana se abre paso frente a las antiguas creencias paganas. Dos mundos chocan y luchan entre intrigas, persecuciones y aventuras.

miércoles, 4 de junio de 2014

Jaime. El obrero 4.4

No sólo Nick tendría el honor de conocer a Jaime. Reunieron un pelotón con unos veinte milicianos que destacaban en sus respectivas compañías en la base central de la milicia en el frente de Cáledon.


Llevaban un par de días esperando. Nadie sabía cuando aparecería Jaime. Un bolchevique de "la mayoría", el grupo opuesto a la guerra, le había tratado de asesinar la semana anterior y se habían extremado la seguridad.

Por fin, un día lluvioso y oscuro, Jaime hizo su aparición.

martes, 3 de junio de 2014

La muerte de Ishtar. Capítulo 3.3

El humo comenzaba a disiparse. Las cenizas a enfriarse. La vida hacía tiempo que había huido. Los asesinos se fueron y los muertos ya solo eran recuerdos. El sol también se iba, enrojeciendo todo a su paso. Algunos campesinos curioseaban por las ahora ruinas. Buscaban algún resto metálico que tuviera algún valor. 

Pero los federados ya habían saqueado todo lo que el fuego no había destruido. Inclusive unas monjas jóvenes, cuyos cadáveres hubieran agradecidos ser devorados por las llamas. Violadas, profanadas, yacían desnudas, muertas, al acecho de los depredadores.

Jaime. El obrero 4.3

Explicó la pura verdad y le creyeron. Él pensaba que al describir lo sucedido, al señalar como por su culpa sus dos compañeros habían muerto, sería castigado, incluso expulsado con deshonor de la milicia. Pensaba que se lo merecía. Se torturaba convencido de que si hubiera gritado, si les hubiera avisado, ahora ellos estarían vivos. 


Pero no fue así. La milicia le condecoró por su valor. Sus compañeros le trataron como un héroe, le admiraban y se hacían fotos con él. Le decían que había sido muy valiente, que además había desvelado una treta horrible que seguramente ya habría costado la vida a decenas de milicianos y que gracias a él estábamos en situación de lanzar una ofensiva que libraría a Caledon del cerco fascista.