Relatos de Jjojismos

· La última bolchevique (concluido), una mujer regresa del exilio y se encuentra con un país devastado por la guerra. Perseguida, deberá aliarse con los compañeros que la traicionaron para luchar por su supervivencia.
· Una nueva historia (en proceso), 1913, han asesinado al hijo de un importante empresario, el detective Jhan, un troglo, no cree que el sospechoso detenido, un trabajador de oficinas mamón, sea el verdadero asesino.
· Jaime (en proceso), la secuela de La última bolchevique. Bella, colaboradora de los nuevos bolcheviques se lanza a la búsqueda del a la par odiado y amado Jaime para evitar una nueva guerra.
· La muerte de Ishtar (en proceso), nos situamos a finales del siglo IV, principios del V. La nueva religión cristiana se abre paso frente a las antiguas creencias paganas. Dos mundos chocan y luchan entre intrigas, persecuciones y aventuras.

martes, 16 de septiembre de 2014

La muerte de Ishtar 3.6

Los prohombres de Barcino ofrecieron al Duque una suntuosa cena. Muchos tipos de carne de caza, vino, miel, legumbres, berenjenas... y música y danza... Trataban de imitar las cenas de las fortunas de las grandes ciudades. Pero el Duque no seguía las, para él, decadentes costumbres paganas y prefería el espartano ambiente cuartelero, cenas más sencillo con gachas y vino. No obstante, por diplomacia tenía que permanecer allí con ellos, escuchando sus sandeces provincianas que en nada le importaban. 

Comenzaron los aperitivos con cotilleos de la política local, diplomáticamente escogidos para, supuestamente, no ofender al Duque y a los superiores a los que representaba: Todo eran loas para los cargos recientemente ascendidos y desgracias para los que osaron enfrentarse a los elegidos por el emperador.

martes, 22 de julio de 2014

La muerte de Ishtar. Capítulo 3.5

Helena se asustó al ver la estatua de bronce. Siempre recluida en el convento, no sabía quién era y no asociaba la figura con ningún pasaje bíblico. Solo podía tratarse de un demonio o un culto pagano.

- ¿Te asustas niña? ¿Te da miedo? ¿A ti que eres una abominación?

Era la segunda vez que Andrés la llamaba así. "abominación". Estaba asustada, cierto, pero no podía consentir que ese hermano la tratara sin ningún respeto. En el monasterio las hermanas se trataban con amabilidad e incluso cariño y hasta la abadesa las trataba como si de una buena familia se tratara. Esas formas no parecían de hombre de dios, parecía más bien un bárbaro o un pagano.

La muerte de Ishtar. Capítulo 3.4

El monje Andrés condujo a la monja Helena a través de las cavernas sin otra ayuda que la antorcha que portaba. Sin embargo, se orientaba con soltura a pesar de los ramales y recovecos que daban forma a un nudo de cavernas y túneles. Conocía el lugar y sabía hacia donde iban.

Caminaban deprisa. Más bien era Andrés el que arrastraba a Helena tirando de su mano. La joven monja a duras penas podía seguir el ritmo del grandullón. Andrés estaba seguro de que nadie les seguía, pero no parecía dispuesto a detener la caminata ni para descansar. Siempre existía la posibilidad de que algún bárbaro, durante el saqueo del monasterio, encontrara la salida a las cavernas.

miércoles, 4 de junio de 2014

Jaime. El obrero 4.4

No sólo Nick tendría el honor de conocer a Jaime. Reunieron un pelotón con unos veinte milicianos que destacaban en sus respectivas compañías en la base central de la milicia en el frente de Cáledon.


Llevaban un par de días esperando. Nadie sabía cuando aparecería Jaime. Un bolchevique de "la mayoría", el grupo opuesto a la guerra, le había tratado de asesinar la semana anterior y se habían extremado la seguridad.

Por fin, un día lluvioso y oscuro, Jaime hizo su aparición.

martes, 3 de junio de 2014

La muerte de Ishtar. Capítulo 3.3

El humo comenzaba a disiparse. Las cenizas a enfriarse. La vida hacía tiempo que había huido. Los asesinos se fueron y los muertos ya solo eran recuerdos. El sol también se iba, enrojeciendo todo a su paso. Algunos campesinos curioseaban por las ahora ruinas. Buscaban algún resto metálico que tuviera algún valor. 

Pero los federados ya habían saqueado todo lo que el fuego no había destruido. Inclusive unas monjas jóvenes, cuyos cadáveres hubieran agradecidos ser devorados por las llamas. Violadas, profanadas, yacían desnudas, muertas, al acecho de los depredadores.