Una nueva historia 3.9

Las indicaciones de Gloob eran precisas.

A Yak no le gustaba fiarse de los sapos, pero sabía que éste estaba muy unido a su familia y se sentía culpable por los abusos que Sol había sufrido. Yak sabía aprovecharse de las debilidades de la gente. Realmente el destino de su hermano le importaba, pero tampoco tanto como para arriesgar su vida... Distinto era ver sufrir a Sol, había sido como una madre para él, pero no tenía tiempo para sentimentalismos. Si no recuperaba la cámara los mafiosos de Fharrel le destriparían.

Se coló dentro del edificio sin dificultad. Algo pasaba dentro porque la seguridad estaba descuidada. Pudo llegar con facilidad al despacho. Sólo tuvo que preocuparse de sortear algunas videocámaras.

***

A Jhan no le convencían las explicaciones del jefe de seguridad. Además el directivo, que cuando su subordinado había comenzado a hablar se había mostrado turbado, pronto se había tranquilizado. Ocultaban la verdad.

La única forma de descubrirla era forzando la situación: ordenó a sus hombres que abrieran la oficina donde estaba esperando Yon para sacarlo y llevárselo. Los agentes de seguridad volvieron a cerrarles el paso. La situación se calentaba por momentos.

- Señor!

Un segurata corrió hacia el jefe de seguridad portando un terminal de línea. Parecía suficientemente urgente e importante es como para interrumpir así.

***

- ¿Qué has hecho?

Sol estaba horrorizada. No se lo podía creer. Cuando se fue del salón donde esperaban los tres, no le prestó atención, ni le dio importancia. Pero cuando a ella le entraron ganas de ir al baño y se acercó al servicio entonces le oyó. Solo un murmullo pero suficiente para saber que estaba utilizando un terminal de línea. 

Podía ser cualquier cosa, pero se puso en lo peor... ¿perdería a otro hermano? Yak era el rebelde, el de las malas compañías, pero ella prácticamente lo había criado. Primero Yon, ahora Yak.

Pit escuchó a su hermana y corrió a ver lo que sucedía. Llegó a tiempo de ver a un descompuesto Gloob colgando el terminal de linea sin atreverse a apartar su mirada de una furiosa Sol.

***

¿Dónde diablos podía estar la cámara? Registró el despacho de arriba a abajo. Detrás de los cuadros, bajo la mesa, revisó paredes y esquinas... el perchero, un busto de lord Campcol abuelo... Nada. No la encontraba.

Escuchó entonces ruido. Un grupo grande corría escaleras arriba hacia el despacho. Venían a por él. Sabían que estaba allí. Alguien se había ido de la lengua. No tenía tiempo, ya iban a abrir la puerta.