"Después de La Leona, soy la bolchevique con más formación marxista del Partido. Tal vez sólo Roger me alcanza en mis conocimientos y comprensión. No entiendo por qué me envía a mí a Sumailati cuando hay decenas de activistas leales que llevarían a cabo la misión. Mi sitio está aquí."
Bella no quería partir en busca de Jaime. Pablo se sorprendió de la reacción tan visceral de su camarada. La Leona no le había explicado por qué tenía que ser Bella la encargada de buscar al antiguo líder bolchevique, pero él supuso que habría buenas razones de peso para ello: precisamente su formación. No era un secreto que era la más leída, la que prestaba, junto con Roger, máximo interés por la teoría. Pero también era una mujer de acción como había demostrado en las barricadas durante la insurrección de Caledon. Era una de las camaradas más completas. Quizá esa era la razón. Bella debería de sentirse honrada por una tarea tan importante y sin embargo estaba enojada.
- Bella, tienes en tus manos evitar una guerra que si se produjera tendría funestas consecuencias para todos. ¡Tu misión debería de llenarte de orgullo!
- Perdóname Pablo - le respondió Bella tratando de tranquilizarse -. Tienes razón. Cumpliré con la misión. Encontraré a Jaime... si realmente es él el terrorista de Sumailati.
Bella y Martillo llegaron por fin a Copperfield, la capital de la Democracia Ciudadana. Seguían la ruta más segura para adentrarse en Sumailati sin cruzar por ninguna de las Potencias Fascistas. Además, como Copperfield era también la capital de los exiliados bolcheviques de la República, contaban con conseguir información y ayuda.
Efectivamente: mientras que los huidos de la monarquía se instalaban en las Potencias Fascistas, tras la guerra antifascista primero y la guerra civil después, miles de bolcheviques, cuadros del Partido y milicianos de Jaime, cruzaron la frontera y se exiliaron en los Estados democráticos del Continente, sobre todo en Democracia Ciudadana y Copperfield.
Democracia Ciudadana se vanagloria de tener el sistema político mas libre, participativo e igualitario: listas abiertas, consultas, paridad... Sin embargo, bajo la fachada democrática la corrupción lo dominaba todo hasta límites insospechados. Compra y venta de cargos, dinero negro, favores, enchufes... El dominio de la banca y la bolsa sobre los políticos era más nítido aun incluso que en la República. Si pese al despilfarro y el nepotismo el sistema se mantenía era básicamente porque la conservación de colonias en ultramar durante más tiempo había garantizado toda una serie de derechos y ventajas a los trabajadores que en otros países no podía haber. Esas condiciones favorables comenzaban a declinar y cada vez más voces en el mundo de los negocios exigían equiparar las condiciones de explotación a las de otros países. Por el momento, el gobierno de Frente Popular, que se alternaba en el poder con los liberales y conservadores mantenía la paz social y un perfil progresista al acoger exiliados de la República y al defender el Gobierno provisional de Sumailati.
No hay comentarios:
Publicar un comentario