Pit quería ver a su hermano, así que junto a Gloob se dirigieron al edificio central de oficinas. Se encontraron con una tupida maraña humana rodeando las puertas de acceso. La noticia de la muerte del hijo del lord Campcol debía de haberse filtrado ya a los medios de comunicación porque junto a muchísimos curiosos también estaban numerosos periodistas luchando por conseguir alguna exclusiva. Para contener a toda esa gente la policía había levantado una barrera. Sólo los autorizados podían entrar en el edificio. No debía de haber trascendido que el detenido era un mamón porque de lo contrario, la presencia de Pit no hubiera pasado desapercibida.
Con mucho esfuerzo lograron alcanzar la barrera policial. Gloob tuvo que hidratarse la cara en dos ocasiones, aunque la segunda vez comprobó que no le quedaba líquido en su cantimplora. Estaba muy nervioso y rodeado de tanta gente lo pasaba realmente mal. Ya frente a unos agentes de la policía, Gloob trató de razonar con un forzudo troglo que parecía al mando de la barrera.
Gloob le explicó que Pit era el hermano de Yon, del mamón retenido. Que querían verlo. Que él como ilum, aliado de la Entente, tenía derechos constitucionales, y que quería que Yon dispusiera de un abogado. El troglo miró a Gloob de arriba a abajo, impacientándose a cada palabra que su interlocutor le soltaba.
- Escuchame, sapo - le gritó el policía - Tú eres un sapo. Esta bien. Si te detengo entonces podrás disfrutar de tus derechos constitucionales. Hasta entonces: ¡Lárgate!
El troglo despreciaba a Gloob. ¡Cómo se le ocurría a ese sapo viscoso venir a él con estupideces como derechos, abogados y todo eso! Con su exoesqueleto empujó al pobre Gloob que no pudo mantener el equilibrio y acabó en el suelo. Pit enrojeció de ira y amagó con enfrentarse al policía. Por suerte, se lo pensó dos veces, se contuvo y ayudó a su amigo a incorporarse. Pelearse con un agente del orden no tenía ningún sentido y desde luego no ayudaría en nada a su hermano. Se alejaron de allí.
Pero el agente se había quedado con el dato de que el mamón que acompañaba al sapo era el hermano del sospechoso retenido. Cuando Pit y Gloob ya le daban la espalda, con un gesto le indicó a otro policía que les siguiera discretamente. Cuando reportó lo sucedido a su superior, éste le felicitó.
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