- Usted es un policía, a ustedes no les importa la verdad.
Yon gritaba desolado. Era como si él deseara que sus palabras fueran falsas, pero supiera a ciencia cierta que realmente eran muy verdaderas. Los golpes, insultos y vejaciones de todo tipo que había sufrido así lo atestiguaban. Yon abrió los brazos extendiéndolos hacia el detective como para mostrarle en toda su magnitud la obra de sus colegas. La tortura había sido intensa, pensó Jhan. Siempre lo era.
- la verdad requiere que interroguemos a tus hermanos.
- no, no, no. Ellos son inocentes. Ellos no han hecho nada - mentía -. Fui yo. Yo use la taladradora. Yo le mate. Quería dinero. Soy adicto. Fui yo. Ellos son inocentes.
Ante una confesión así, Jhan no podía hacer nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario