- No me quedó más remedio que darme a conocer.
- Por lo que cuentas no parecía haber otra alternativa.
- No me vieron la cara.
Lord Kramer estaba en lo cierto. Eso entonces ya no tenía importancia. Después del desastre del Centro Comercial me vi obligado a informar a mi nuevo jefe de lo sucedido. Llamé a un número de contacto que me habían dado esperando simples instrucciones telefónicas y, para mi sorpresa, me remitieron a una sucursal de Cia+Fia en Copperfield donde me reencontré con el maldito holograma.
- Debemos convertir este contratiempo en una ventaja - reflexionó lord Kramer -. Les ayudaste a escapar y eso te convierte en un potencial aliado.
- Es verdad que estarán todos locos tratando de averiguar quién soy. Sin mi de esa no salen.
- No subestimes a los bolcheviques, Número 2. Pero lo importante es dar con una historia convincente que, por supuesto, no te vincule a mí. En cuánto a tu petición - le había pedido que usara su dinero e influencia para averiguar quienes habían atacado el centro comercial, si un Número 2 o las BAB -, me informaré del asunto, aunque ya te digo que sería muy irregular que se tratara de un Número 2.
- Tan irregular como yo.
- Tan irregular como tú.
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